El Señor Obispo de la Prelatura de Dean funes Gustavo Zurbriggen, envió sus saludo y mensaje de reflexión para esta navidad.
Estamos
celebrando la fiesta de Navidad en un momento social cargado de dificultades,
preocupaciones y temores por el futuro. Nos asusta el drama de la droga que
destruye la vida de nuestros jóvenes; la corrupción y la deshonestidad que
ensucian nuestra sociedad; la violencia, la agresión, la falta de respeto por
la vida y los bienes del prójimo que hemos visto con asombro en los últimos
saqueos. Nos parecemos en algo al pueblo de Israel que en época del nacimiento
del Salvador “caminaba en tinieblas…”
(cfr. Is.9,2).
Queridos
hermanos:
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Sin
embargo, en medio de la noche, al
celebrar la Navidad, brilla para nosotros la luz de Jesús, el
Hijo de Dios que ha nacido en la familia de María y de José para enseñarnos el
camino del amor servicial, del amor fraterno, del amor del perdón, que lleva a
la PAZ y a la convivencia respetuosa y solidaria. Él vino a decirnos que somos
hermanos; que Dios es el Padre de todos y que él se hizo hombre para enseñarnos
a ser verdaderamente hijos de Dios y hermanos entre nosotros. En este día
santo, a pesar de las preocupaciones, brilla la Luz del Cielo y se llenan de
alegría creyente nuestros corazones porque el Hijo de Dios ha nacido en la familia
de José y de María.
Por
eso, las tinieblas, la preocupación, el temor por el futuro de los niños y de
los jóvenes, se pueden convertir en LUZ si esta noche recibimos a Jesús en el
pesebre de nuestro corazón y en el pesebre de nuestras familias. Nuestras familias, con el Niño Jesús en el
medio, pueden ser la escuela donde se empiece a construir una cultura nueva: la
cultura del encuentro, del sentir al otro como hermano y amigo.
Queridos
amigos, queridas familias: hoy el Niño nace en nuestro hogar para ser uno de
nosotros y enseñarnos a querernos y ayudarnos. Él nos enseña las mejores
lecciones para la vida: la lección del perdón y de la solidaridad; nos enseña
la belleza del amor fiel y fecundo de los esposos; también cómo vivir en
sociedad: siempre con respeto y caridad, sirviendo al prójimo. Sólo la familia
puede cambiar la sociedad, por eso hoy
tenemos que recibirlo en nuestra casa, escuchar su Palabra e imitar su vida.
Les
deseo que la alegría de la Navidad y la luz de la Fe los acompañe en todo el
año 2014.
¡Feliz
Navidad!
Con
mi bendición, +Gustavo G. Zurbriggen.
Obispo Prelado de Dean funes
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